Alfonso Lizarzaburu
En enero de 2016 tuve la oportunidad de leer el informe de OXFAM Una economía al servicio del 1%. Acabar con los privilegios y la concentración de poder para frenar la desigualdad extrema.
El informe “pone de relieve que, desde 2010, la riqueza de la mitad más pobre de la población se ha reducido en un billón de dólares, lo que supone una caída del 38%. Esto ha ocurrido a pesar de que la población mundial ha crecido en cerca de 400 millones de personas durante el mismo período. Mientras, la riqueza de las 62 personas más ricas del planeta ha aumentado en más de 500.000 millones de dólares, hasta alcanzar la cifra de 1,76 billones de dólares. El informe también muestra cómo la desigualdad afecta de manera desproporcionada a las mujeres; de las 62 personas más ricas del mundo, 53 son hombres y tan solo 9 son mujeres”.
“A pesar de que los líderes mundiales hablan cada vez más de la necesidad de abordar la desigualdad y en septiembre fijaron un objetivo mundial para reducirla, la realidad es que la brecha entre los más ricos y el resto de la población ha aumentado de manera drástica a lo largo de los últimos doce meses. La predicción que Oxfam realizó antes de la reunión de Davos del año pasado, de que en poco tiempo el 1% poseería más riqueza que el resto de la población mundial, se ha cumplido en 2015, un año antes de lo esperado”.
La última semana recibí y leí el último libro de Branko Milanović Global Inequality. A New Approach for the Age of Globalization (que apareció en abril de 2016).
Milanović “es uno de los economistas más destacados del mundo sobre la desigualdad que lidera a nivel mundial” (Thomas Piketty) y en este libro “prosigue su investigación de toda una vida sobre el pasado, el presente y el futuro de la desigualdad, dentro y entre las naciones, y en el mundo como un todo” (Angus Deaton).
Como recalca Joseph Stiglitz, “continuando con su extraordinariamente importante trabajo sobre la desigualdad global, en este libro Branko Milanović amplia ese trabajo para sentar las bases de una comprensión más teórica de la evolución de la desigualdad. La situación actual y su tendencia tienen profundas implicaciones políticas”.
¿Estamos sentados sobre una bomba de tiempo?
Milanović dice matizadamente: “Es difícil imaginar que un sistema con tan alta desigualdad pueda ser políticamente estable. […] Si los perdedores permanecen desorganizados y sujetos a una falsa conciencia, no cambiará mucho. Si se organizan y encuentran líderes políticos que podrían aprovechar su resentimiento y obtener sus votos, podría ser posible que los países ricos formulen políticas que los situarían en una tendencia decreciente de la segunda curva de Kuznets. ¿Cómo se puede lograr esto?” (p. 217)
Dada la crucial importancia de esta tema, decidí compartir con ustedes esta presentación de la obra de Branko Milanović y, más específicamente, de su último libro.
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